Job, capítulo 17
- Mi aliento se agota, se acortan mis días, Y me está preparado el sepulcro.
- No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya amargura se detienen mis ojos.
- Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. Porque їquién querría responder por mí?
- Porque a éstos has escondido de su corazón la inteligencia; Por tanto, no los exaltarás.
- Al que denuncia a sus amigos como presa, Los ojos de sus hijos desfallecerán.
- Él me ha puesto por refrán de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril.
- Mis ojos se oscurecieron por el dolor, Y mis pensamientos todos son como sombra.
- Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el impío.
- No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza.
- Pero volved todos vosotros, y venid ahora, Y no hallaré entre vosotros sabio.
- Pasaron mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.
- Pusieron la noche por día, Y la luz se acorta delante de las tinieblas.
- Si yo espero, el Seol es mi casa; Haré mi cama en las tinieblas.
- A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; A los gusanos: Mi madre y mi hermana.
- їDónde, pues, estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza, їquién la verá?
- A la profundidad del Seol descenderán, Y juntamente descansarán en el polvo.
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